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Por: Psic. Manuel G. Landeros
"Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan".
Oscar Wilde
Una gran cantidad de personas se preguntan constantemente si sus hijos o niños cercanos pueden tomar terapia psicológica tal y como lo hacen algunos adultos. Quizá las preguntas más comunes sean: ¿pero qué problemas puede tener un niño? o ¿un niño debería hablar de lo que le pasa? Y es por estos cuestionamientos, y otros tantos, que he decidido escribir este artículo que sirva de orientación para aquellos adultos que tienen dudas al respecto.
- El niño y sus problemas
Por algún motivo algunos adultos tienen la creencia de que los niños no tienen "problemas" y que su vida está definida por un paraíso de juego y placer inagotable. Pero la psicología se ha encargado de indagar en el comportamiento infantil y ha encontrado un número elevado de conflictos que se han estructurado y teorizado a través de los tiempos, además de un número desconocido de otras problemáticas que han quedado en un misterio y que se prestan a la investigación psicológica contemporánea.
Tal y como los adultos, los niños poseen emociones y comportamientos que, en conjunto con las experiencias de la vida, van conformando la estructura mental y conductual de aquel pequeño individuo. De este modo es innegable que el niño sienta rabia, deseo, pasión, repulsión, tristeza, angustia, etc., de un modo mucho más intenso que en la adultez. Los infantes pueden sentirse frustrados, ignorados o incómodos ante situaciones específicas de la vida; el ambiente familiar, escolar y social puede verse afectado si el niño no logra sobrellevar el vertedero de emociones y comportamientos propios de su edad.
Un niño es susceptible al dolor interno, al dolor psicológico; puede sentirse inferior y querer competir, puede sentirse extremadamente celoso, triste o ansioso, aunque quizá no siempre del mismo modo que los adultos. Lo que para algún adulto resulta insignificante, para el pequeño puede resultar importantísimo y digno de toda su atención. Pero así como el niño es un ser humano susceptible, también es un ser humano capaz de repararse.
- ¿Qué es la psicoterapia para niños?
Generalmente los padres pueden explicar a los niños las situaciones difíciles en su vida, pueden hacerles sentir acompañados y entendidos. Pero es verdad que, en algunas otras ocasiones, el conflicto interno en el niño es demasiado intenso y la bondad o cariño de los padres y de las personas cercanas no terminan de resolver el problema. Es entonces el momento de buscar ayuda profesional.
La psicoterapia infantil o psicoterapia para niños es un conjunto de técnicas propias de la psicología clínica enfocada en los trastornos y dificultades pertenecientes a edades tempranas, es decir, los periodos evolutivos anteriores a la adolescencia (incluyendo en la infancia a la pubertad). Dichas técnicas ayudan al diagnóstico y tratamiento de los padecimientos psicológicos y emocionales infantiles.
La técnica terapéutica para niños se encuentra sustentada en la famosa terapia de juego, que sirve como el lenguaje más rico de la infancia. El juego, siendo la forma de comunicación más importante para la psicoterapia infantil, funciona como un revelador del mundo interno, mental, del pequeño individuo. De este modo el psicólogo puede entender lo que le sucede al niño y cómo ayudarle a él a entenderse a sí mismo, a descargar su ansiedad o cualquiera de sus emociones a través del juego y, a sentirse acompañado de cierto modo.
El niño juega de forma libre mientras el psicoterapeuta es un espectador que explica y da significados y, además, participa en los juegos como un personaje al que el niño le otorga un papel dentro de su discurso y dentro del escenario del juego. El niño no se sentará a hablar de lo que le pasa porque no lo entiende o porque desconoce el motivo de todo aquello; no posee el lenguaje oral para hacerlo. El niño dibujará, construirá, escenificará lo que le pasa y el terapeuta le ayudará a darle significado a eso.
- Los padres y el proceso terapéutico de los hijos
Como seguramente has escuchado por ahí: los que deberían ir a terapia son los papás. Una oración no tan alejada de la realidad en el mundo de la psicología, pues es común que el niño sea receptor y vocero de los conflictos que provienen del entorno familiar, entonces lo más adecuado sería que tanto hijos como padres iniciaran juntos un proceso terapéutico individual y no solamente llevar al niño al psicólogo desentendiéndose de lo que corresponde como adulto padre o madre.
También es cierto que en algunas ocasiones las cosas en casa andan "estables", salvo los problemas comunes que toda familia atraviesa pero nada de que preocuparse, pero los niños manifiestan que algo no anda bien; quizá el entorno escolar, social o de otra índole puedan estar afectando la mente y las emociones del futuro adulto o, por otro lado, aunque todo en el ambiente se encuentre en promedio estable y normal, quizás el niño ha nacido con poca tolerancia a la frustración, con celos intensos, angustias desbordadas o conflictos de otro tipo que no tienen que ver con el exterior sino con lo que el niño posee dentro de él y de las formas con las que éste tiñe el mundo y lo entiende.
Es importante que si los padres o tutores de un niño reconocen comportamientos, actitudes o ideas distintas de las comunes en el niño, pidan ayuda profesional y no teman a los psicólogos o terapeutas especializados en el tratamiento de la infancia y sus aconteceres. Siempre, el terapeuta hará participes a los padres en el proceso terapéutico de sus hijos y dará algunas recomendaciones cuando lo crea pertinente, cuidando siempre la confidencialidad en el tratamiento del pequeño.
Nuestra red de terapeutas te atenderá de inmediato. ¡Llámanos y agenda una primera entrevista!
Psicoanálisis Libre
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