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BoJack Horseman en el diván

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Por Jorge Alberto Lozano López
-Alumno de la primera generación de la 
Academia Virtual Psicoalibre S. C. 
-Seminario de Introducción a la obra de Freud I 


En agosto de 2014 Netflix lanzó la serie BoJack Horseman; un mundo donde humanos y animales antropomorfos conviven y nos introduce a la vida de BoJack Horseman, un caballo actor que alcanzó la fama por una serie ochentera llamada “Horsin’ Around” (“Retozando” en su traducción al español), pero que una vez acabado el show su carrera declina progresivamente a la cotidianidad y a la monotonía, lo que lo lleva a buscar maneras de mantenerse vigente.

Los fans de BoJack han demostrado su fanatismo en redes sociales, así como cierta empatía (identificación) con BoJack o con algún otro personaje (su agente y exnovia Princess Carolyn, su “amienemigo” el señor Peanutbutter, su compañero de piso Todd Chávez, su amiga Diane Nguyen, etc.), esto debido a las diversas situaciones de la serie que tocan temas muy actuales y atraviesan a más de uno (consumo de drogas, alcoholismo, depresión, violencia familiar, problemas con los padres, feminismo, aborto, las vicisitudes del estrellato, el suicidio, la muerte, etc.). Una serie de este calibre merece tener una lectura desde el psicoanálisis, donde nuestro foco principal será el protagonista. Hablaremos acerca de BoJack Horseman, en específico sobre su desarrollo narrado en la serie desde su infancia hasta su adultez para lograr darnos una idea de su aparato psíquico y cómo se desarrolla en el mundo exterior. Sobra decir que el siguiente trabajo contendrá spoilers.


Infancia

Los padres de BoJack fueron Beatrice Sugarman, una mujer distante y cruel, y Butterscotch Horseman, un hombre manipulador y agresivo. Beatrice estaba originariamente supuesta a casarse con un hombre elegido por su padre, pero durante una fiesta conoció a Butterscotch, a quien terminó prefiriendo y del cual se embarazó; hecho que los llevó a contraer matrimonio. Edípicamente hablando, esta elección le permitió a Beatrice repetir la relación violenta con su padre al casarse con alguien violento que le sería infiel en varias ocasiones, creando una dinámica familiar donde madre y padre depositarían sus frustraciones en el hijo. No tenemos muchas escenas sobre los primeros años de vida de BoJack (etapa oral), pero sí sabemos que estos pudieron haber sido vividos con mucha frustración(1). Del periodo correspondiente a la etapa anal tampoco tenemos mucha información puesto que el BoJack niño ilustrado en pantalla aparece a partir de los seis años (etapa fálica, posiblemente aún en el Complejo de Edipo). Conforme avancemos en el análisis podemos identificar rasgos pertenecientes a cada etapa.

A través de varios flashbacks durante toda la serie vemos cómo los padres de BoJack lo sometían a humillaciones y malos tratos, siempre en la misma línea discursiva de que su nacimiento significó algo malo para su madre y que los sentimientos no servían de nada(2). Durante la latencia, el púber BoJack está dentro de un equipo deportivo, lo cual representa la sublimación de las pulsiones en actividades no sexuales. Durante la vida adulta, su comienzo en la actuación y el reconocimiento que esto conllevó le permitió tener varias relaciones fugaces centradas solamente en el sexo.


El adulto BoJack

Lo primero que podemos advertir de BoJack es que actúa de una forma egoísta e impulsiva, anteponiendo siempre sus intereses por encima de los demás, lo cual llegó a dañar gravemente sus vínculos con amigos y colegas.

Sus relaciones amorosas se enfocan principalmente en su satisfacción sexual y un posterior desentendimiento de la chica con la que estuvo (llegando incluso a darles números telefónicos falsos para que no lo pudieran contactar). Cada vez que intenta entablar una relación romántica, sus actos hacen que su pareja se aleje de él. Hallamos aquí una repetición edípica: elige mujeres que se muestran reacias a su coqueteo, pero que terminan interesadas, para actuar como un patán al momento de tener una relación (tal como la relación de sus padres).

Los rasgos más notorios de BoJack son su alcoholismo y drogadicción, lo cual le sirve para deslindarse momentáneamente de la realidad y afrontar situaciones difíciles en su vida. Cabe mencionar que el alcohol ha jugado un rol fundamental en su historia. La primera vez que lo ingirió fue durante una fiesta de cumpleaños a la edad de seis. Al ver a sus padres borrachos y dormidos en la sala, él toma una botella, le da un sorbo y se acurruca junto a su madre. El alcohol fue lo que le permitió conectar con sus padres, así como vincularse durante su adolescencia y vida adulta, por lo que ahí podría haber una catexia (investidura de libido) hacia las bebidas alcohólicas, simbolizando para él algo más que una simple adicción.


Sus adicciones no son lo único que usa para sacarle la vuelta a sus problemas, sino también una evasión literal de estos: cambia el tema de conversación, se retira de donde está e incluso irse a otro estado del país(3). Se ha visto más de una vez en situaciones que lo llevan al límite: entre ellos un intento de suicidio, una borrachera que duró meses y acabó con la vida de Sarah Lynn, su excolega de Horsin’ Around y compañera de fiesta, además de una sobredosis de pastillas que lo puso al borde de la muerte.

Con base en una postura psicoanalítica, podemos decir que BoJack no es consciente de su participación en los problemas que le aquejan y siempre se excusa con lo ocurrido en su infancia, sus adicciones, culpando a alguien más o a la sociedad. Se dice a sí mismo que cambiará, pero inconscientemente repite los mismos errores esperando que alguien lo salve (dígase su agente, sus amigos, sus parejas, etc.).

Él se rige principalmente por el principio de placer. A pesar de que puede reconocer lo que debe hacer (principio de realidad), al final se decanta por hacer lo que le da la gana, por más arriesgado o absurdo que sea. Su Yo cede ante los impulsos de su Ello, satisfaciendo las pulsiones que lo llevan a actuar impulsivamente. Esto, junto con las medidas que el Yo de BoJack ha usado para lidiar con sus contratiempos, refleja poca tolerancia a la frustración y escasos recursos para resolver conflictos.


Sin embargo, el Superyó de BoJack se ha encargado de pasarle factura en más de una ocasión, tanto con autorreproches(4) como con las situaciones límite antes mencionadas. En “El yo y el ello” (1923), Freud destaca al Superyó como el portador de la pulsión de muerte; podemos darnos cuenta de que esta se hace presente en aquellos escenarios y permea las acciones de nuestro protagonista, llevándolo a la destrucción, la separación y por poco la muerte.

Durante la última temporada BoJack accede a acudir a un centro de rehabilitación dentro del cual, con la ayuda de un terapeuta caballo (parodia a los caballos terapéuticos en la equinoterapia), comienza a cobrar consciencia sobre su papel en las consecuencias de sus actos. Da paso a una versión de sí más madura capaz de afrontar sus errores, así como de reparar sus relaciones con la gente a su alrededor.

En el último capítulo, BoJack va preso por allanamiento de morada. Pasa el tiempo y le permiten salir por una noche para atender a la boda de Princess Carolyn. Este momento le permite hacer las paces con ella, con Todd, con el señor Peanutbutter y sobre todo con Diane, quien estuvo con él desde el principio y es ahora su amiga más cercana. La pulsión de vida termina prevaleciendo. BoJack consigue salvar sus vínculos con los otros y se asegura de que estos no lo olviden. Descubrió que hay otras formas de trascender en la vida que no son necesariamente el estrellato.



Conclusiones 

La serie acaba con una plática entre BoJack y Diane, donde al terminar la cámara enfoca al cielo mientras los personajes se mantienen en silencio. Los debates en redes sociales giran en torno a si este es un final feliz o triste. Yo me inclino sobre la opinión de que ni es feliz ni triste. Es solo un final. Las historias llegan a su fin y la vida termina. Uno al final termina haciéndose responsable (o no) de lo que ha hecho (o no). 

El psicoanálisis nos invita a darnos cuenta de la enorme responsabilidad que implica hacerse cargo de nuestras cosas y, en última instancia, nos brinda herramientas para hacerlo. Hacernos cargo de nuestras cosas no significa que los problemas desaparecerán o que nunca estaremos tristes, sino que tenemos que aprender que eso también forma parte de la vida y que hay maneras de sobrellevarlo sin tanto dolor.

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Referencias
1 Temporada 4 – Capítulo 11 “La flecha del tiempo”: BoJack bebé llora en medio de la noche,
causando molestia en sus padres quienes se tardan en atenderlo y de mala gana.
2 Temporada 2 – Capítulo 9 “La escena”: Durante una grabación, BoJack confiesa que nunca llora
delante de la gente, ni siquiera por cuestiones de actuación.
3 Temporada 4 – Capítulo 2 “La vieja casa de los Sugarman”: Vemos que BoJack huye a la antigua
casa de sus abuelos en Michigan después de tener problemas durante la grabación de una serie.
4 Temporada 4 – Capítulo 6 “Estúpido desgraciado”: El capítulo nos muestra un monólogo interno
de BoJack recriminándose sus errores.

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