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Por Manuel Landeros Pita
Por Manuel Landeros Pita
"Por diversos que sean los sexos, se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es lo contrario del que está a la vista".
Virginia Woolf
Para poder comprender el presente inevitablemente debemos volver el rostro atrás y echar un vistazo a aquello que otros construyeron. Pero cuidado, pues en ese intento el pasado seductor puede atraparnos y encarcelarnos en sus paredes ya conocidas.
En los últimos meses he dedicado gran parte del tiempo que dedico al estudio para empaparme de teorías sobre la sexualidad y el género. La voz que se ha dado a la diversidad es ahora pieza fundamental para la comprensión de la construcción de la cultura y, más allá de la comprensión, del cambio; un salto hacia un mundo mejor.
Son muchas las cosas que podría decir sobre la constitución de la vida sexual pero me limitaré a describir únicamente algunas ideas básicas de lo concerniente al género y su entendimiento. No pretendo ser totalmente psicoanalítico pues en mi experiencia he descubierto que la valiosa materia, el valioso arte psicoanalítico no alcanza para poder comprender todo lo que somos y todo lo que no somos. Un psicoanalista deberá echar mano de muchos otros recursos para que su comprensión de la estructura mental y emocional sea amplia y así alcance a entenderse a sí mismo y a otros.
Podría comenzar diciendo que la sexualidad, además de ser interesante y divertida, es sumamente compleja. Para poder definirla debemos pensar, primero, en seres humanos. Los seres humanos somos seres sexuados, eróticos, vamos más allá de la penetración y la reproducción. Nos concebimos y concebimos a otros a través de elaboraciones internas, de deseos, de fantasías; a través de los cuerpos pero también a través de lo que sentimos con respecto a esos cuerpos, lo que imaginamos, lo que añoramos de ellos. La sexualidad es tan esencial que alcanza todas las esferas de la vida.
Cuando Freud teorizó la sexualidad infantil sorprendió al mundo hablando de una sexualidad mucho más completa, mucho más amplia que la reducción de la sexualidad a lo genital. Resultó ser piedra angular para poder considerar que la vida sexual humana no tenía que ver únicamente con el cuerpo; que la vida sexual humana, más bien, no tenía que ver con la percepción del cuerpo por parte de otros. Para ser más claros, la sexualidad sí tiene que ver con el cuerpo (con lo que somos concretamente) pero también con lo que yace en nuestra alma, en nuestra mente; las fantasías que envuelven dicho cuerpo:
El otro ve un genital en mi cuerpo y hace un intento de explicarme desde su percepción. Cuando yo me veo (y me pienso) pienso muchas cosas; explicarme a mí mismo(a) es una asunto mucho más extenso y complejo que lo que el otro percibe de mí con los sentidos.
A partir de ahí pudimos tener acceso a un nuevo mundo de comprensión humana. La sexualidad pasó a formar parte de nuestra naturaleza de una forma mucho más colorida, más digna de exploración e indagación. Se pusieron palabras a aquellas cosas que antes no las tenían. Eso marcó una gran diferencia.
Judith Butler (filosofa posestructuralista y activista norteamericana) hace una gran crítica al psicoanálisis lacaniano en uno de sus ensayos sobre el género. Para Butler el psicoanálisis es un intento más de comprensión que tiene sus limitaciones (creo que todos los analistas que estudiamos seriamente y que sabemos lo que es pasar por un diván estamos totalmente de acuerdo con esta postura). Pero también Butler nos recuerda que el psicoanálisis es un arte de profunda comprensión de aquellos asuntos humanos que de pronto pasan desapercibidos o se les sustrae importancia.
"Es importante recordar que el psicoanálisis puede servir como una crítica de la adaptación cultural y también como una teoría para comprender las maneras en las que la sexualidad no se conforma a las normas sociales que la regulan. Por otra parte, no hay una teoría mejor para comprender el funcionamiento de la construcción de la fantasía no como una serie de proyecciones sobre una pantalla interna, sino como parte de la relacionalidad humana en sí misma".
Judith Butler en"Deshacer el género"
Y es que estas aportaciones teóricas son esenciales para poder resignificar como sociedad la concepción de la sexualidad, de nuestra sexualidad misma. Este es el proceso "deconstructivo" del que tanto se habla (más allá de una relectura frente a un texto o una postura filosófica). Ya no nos resulta posible, ni suficiente, explicar la sexualidad a partir del cuerpo, de lo que se ve y se toca; es necesario atribuirle nuevas formas, nuevos descubrimientos.
Butler (como gran parte de los psicoanalistas) nos recuerda que la sexualidad no es sólo lo que yace en el cuerpo sino que es también lo que no; aquello que no está en concreto pero que está en la subjetividad; la fantasía, el escenario interno, el deseo, la construcción psíquica de mí mismo y mis goces y placeres.
Es interesante pensar que el género obedece no solo al sexo sino también a la fantasía que engolfa a ese sexo, all genital, al cuerpo entero. Cosas que se pueden descubrir y entender en un proceso profundo como el psicoanálisis; ¿Mi deseo, mi fantasía, me resultan conflictivos? ¿Mi fantasía es angustiante? ¿Soy un ser humano o no? ¿Entro en la norma o no? ¿Requiero entrar en la norma para poder existir? ¿Mi cuerpo es mío o de otros? Y si es mío... ¿por qué no siempre puedo decidir sobre él?.
Butler logra mostrarnos y explicarnos que el género es tan particular, tan impregnado de subjetividad, que se escapa de la norma. Nuestro cuerpo tiene una dimensión privada y pública; es y no es nuestro pues en la medida en la que yo decido para sentirme bien conmigo mismo también sigo algo ya establecido y definido como la masculinidad y la feminidad. Quiero agradarme, pero una parte de mí desea agradar a otros también; me amo como soy... ¿me amarán los otros como soy o debo cambiar?
Me dará mucho gusto extender este artículo en una segunda parte ya que me parece lo suficientemente interesante como para escribir un poco más al respecto. Intentemos por lo pronto pensar en estas ideas que nunca resultan nada sencillas de asimilar.
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