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Por: Psic. Manuel G. Landeros
"El duelo suprimido sofoca; hace estragos dentro del pecho y está forzado a multiplicar su fuerza."
Ovidio
Por: Psic. Manuel G. Landeros
"El duelo suprimido sofoca; hace estragos dentro del pecho y está forzado a multiplicar su fuerza."
Ovidio
Una de las razones por la que los pacientes acuden a consulta psicológica es la pérdida. Perder a un ser querido es siempre un trabajo que al ser humano resulta insoportable y demasiado doloroso. Es por este motivo que las personas caen en una especie de depresión profunda que resulta proporcional al monto de cariño y a la cercanía que se tenía con quien se ha perdido.
Psicoanálisis y pérdida
Sigmund Freud escribió en uno de sus trabajos más importantes sobre la comprensión del funcionamiento mental una definición bastante nutritiva sobre el duelo y la pérdida. Según "Duelo y melancolía" (1917 [1915]) la mente se resiste a aceptar la pérdida y lleva a cabo un proceso doloroso y desgastante para quien sufre. Es cuando se logran reunir los atributos y características de aquella persona que se perdió dentro de uno cuando se acepta la pérdida misma; la mente recrea en su interior una especie de "representante" psíquico de la persona que se ha ido y de ese modo puede tolerar el no encontrarle en la realidad externa, es decir, internamente el ser perdido nos acompaña.
Aquel trabajo de duelo genera mucho sufrimiento y lleva un tiempo que requiere paciencia para quien lo vive. Pero es en la pérdida en donde el humano pone en práctica muchos mecanismos que le ayudan a sobrevivir mentalmente y emocionalmente al dolor; es justo en la pérdida donde se puede comprobar que una parte de la mente actúa en defensa de la integridad y el equilibrio del propio individuo.
Perder no es sinónimo de "muerte"
Generalmente, cuando escuchamos la palabra pérdida, pensamos en la muerte. Perder a alguien querido puede acontecer de distintas formas. Si bien la muerte es la pérdida más desgarradora, las rupturas amorosas son aún más comunes y causan un dolor muy similar al que proviene de la muerte de alguien amado.
El ser humano está sometido inevitablemente a las pérdidas en el transcurso de su vida. Los niños pequeños experimentan, si todo va bien, una primera pérdida cuando la mascota muere o se extravía. El sentimiento de pérdida se vive, consciente e inconscientemente, desde edades muy tempranas y ello va dando forma a la mente; la angustia y el dolor que proviene de la pérdida en la niñez crea una estructura mental que funcionará para enfrentar los años venideros.
Uno pierde cosas todo el tiempo que en consecuencia nos generan duelos, algunos más intensos que otros; se pierde dinero, trabajo, amigos que se mudan al extranjero, mascotas, propiedades, pertenencias, recuerdos, edad, tiempo, etc. Cada una de estas cosas que tienen un valor importante nos generan una especie de vacío y tristeza que con el tiempo vamos sanando. La pérdida por la muerte de un ser amado es similar pero con una intensidad gigantesca, profunda y dolorosísima.
Cómo dejar de sentir dolor
La realidad es que el dolor de la pérdida no se puede evitar nunca por una vía saludable para la mente; el trabajo de duelo demanda un enfrentamiento total ante la pérdida. No existe una salida fácil que cure mágicamente el dolor que proviene de la pérdida. Es por este motivo que muchas veces las personas acuden al especialista, sea psiquiatra o psicoterapeuta, para que les alivie, a través de una instrucción, consejo o medicamento, el dolor tan profundo que sienten.
El dolor va sanando la herida de la pérdida, el vacío que queda cuando otro se ha marchado. Tal como Freud lo dijo, se requiere un trabajo en el que aquello que se perdió se va formando internamente y la mente se desprende de ello completamente en la realidad externa. El dolor se deja de sentir cuando el trabajo de duelo se ha completado y el individuo se ha resignado a la pérdida real en el exterior teniendo como "consuelo", por así decirlo, al representante interno.
Psicoterapia, pérdida y duelo
El trabajo terapéutico ayuda al paciente a confrontar la pérdida, a hablar de ella y a darle un lugar, un acomodo, dentro de su mente. La terapia significa la pérdida de una manera sana para quien la vive y ayuda a entender al paciente si su vivencia de duelo es dañina como se da en varias ocasiones.
Desde el enfoque psicoanalítico, el tema de la pérdida y el duelo se analiza desde el inicio del tratamiento. El paciente puede darse cuenta de que ha perdido y sufrido por cosas y situaciones desde el inicio de la vida, es de este modo como descubre un mundo de pérdida y duelo mucho más complejo habitando dentro de su inconsciente. Se van dando significados mucho más adecuados a las pérdidas y el individuo se coloca en una posición mucho más aterrizada y menos omnipotente, deja de vivir las pérdidas como situaciones provocadas por él mismo y que le generan grandes cantidades de culpa en niveles profundamente inconsciente.
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