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Por: Psic. Manuel G. Landeros
Por: Psic. Manuel G. Landeros
"Todas las personas hablan de la mente sin titubear, pero se quedan perplejas cuando se les pide que la definan."
B. F. Skinner
Me he encontrado, a lo largo de mi carrera como psicólogo, que la mayoría de las veces las personas fuera del ámbito de la salud mental, desconocen la diferencia entre un psicólogo, un psiquiatra y un psicoterapeuta. Tanto ha sido aquel extravío que en la actualidad me he dedicado a realizar una labor informativa que ayude a disipar esta confusión.
Sobre las diferencias
En principio podemos decir que las bases universitarias del psicólogo pertenecen a una carrera individual, separada de la rama médica. Por otro lado, el psiquiatra es un especialista médico que ha hecho una residencia en psiquiatría; el psiquiatra ha estudiado antes medicina general y, posteriormente, se ha especializado en medicina psiquiátrica. Desde aquí podemos encontrar una diferencia importante: la medicina de por medio.
La psiquiatría tiene como base los procesos orgánicos para el diagnóstico y tratamiento médico de los padecimientos mentales. El psiquiatra tiene la facultad para diagnosticar un trastorno mental y prescribir medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas del paciente. Por otro lado, la psicología es una disciplina que estudia el comportamiento y los procesos mentales; un psicólogo puede enfocarse a la parte social, educativa, laboral o clínica, es decir, el psicólogo puede orientarse a estudiar e intervenir en las manifestaciones del comportamiento humano dentro del tejido social y cultural, dentro del ambiente escolar, dentro del trabajo y también puede dirigirse hacia el estudio, diagnostico y tratamiento terapéutico de los padecimientos mentales y de la vida emocional de las personas.
Si bien el psicólogo clínico puede diagnosticar y tratar un padecimiento mental a través de técnicas psicoterapéuticas, no está facultado para iniciar o prescribir tratamientos psicofarmacológicos; solamente el psiquiatra, quien posee licencia médica, puede llevar a cabo esa acción. Así también, el médico psiquiatra desconoce la profundidad de los métodos, técnicas y corrientes psicoterapéuticas que ayudan al paciente a enfrentar lo que le sucede.
La psiquiatría es una rama de la medicina, la psicología es una disciplina independiente a la medicina y posee su propio marco teórico. Al mismo tiempo la psicología puede orientarse a varios aspectos de la vida humana; en el campo clínico, el cual abarca la psicopatología desde un enfoque más terapéutico, el psicólogo puede especializarse en una u otra técnica. Al especialista en clínica psicológica se le denomina: psicoterapeuta o, comúnmente, terapeuta.
Es tan abundante la cantidad de teorías y técnicas que buscan comprender la mente humana que se han formado escuelas psicoterapéuticas a lo largo del tiempo. Es por este motivo que no todos los psicoterapeutas trabajan de la misma manera, aunque todos buscan la salud mental de las personas, cada uno posee un estilo particular y una base teórica diversa. En este caso, el psicoanálisis es una de las escuelas psicoterapéuticas que estudian la mente y sus mecanismos; su intención es la interpretación de lo inconsciente, de las partes que el paciente no conoce de sí mismo. La técnica psicoanalítica fue creada por Sigmund Freud en 1896 aproximadamente y denomina a la sexualidad humana como motor del psiquismo. Con el paso de los años nacieron distintas escuelas terapéuticas que buscaban explicar y mejorar las afecciones mentales y emocionales de los individuos; la escuela cognitivo-conductual, humanista y sistémica, son algunos ejemplos de la gran cantidad de corrientes terapéuticas.
Sobre las similitudes
El psiquiatra y el psicoterapeuta han de tener varios puntos de intersección. Regularmente, en el tratamiento de padecimientos mentales con síntomas característicos definidos, ambos profesionales trabajan en conjunto haciendo un trabajo complementario para aliviar lo más posible aquello que aqueja a los pacientes. A veces es necesario un tratamiento psicofarmacológico que apoye el tratamiento psicoterapéutico y viceversa. Lo mejor, en algunos casos, es trabajar en conjunto para buscar siempre la mejoría de la persona que acude a la consulta. En otros momentos la psicoterapia basta para comprender lo que le sucede al paciente y buscar mejoría, pues no únicamente se centra en los trastornos mentales, también puede tomar acción en asuntos de la vida del paciente que le preocupan, le angustian, le entristecen o molestan. Una persona puede sentirse profundamente triste por haber perdido a un ser querido sin caer en un trastorno depresivo mayor; buscará entonces a un terapeuta que le escuche y le acompañe en la travesía del duelo, que le ayude a entender y a elaborar todo lo que siente y piensa en ese momento.
Es una cuestión de ética profesional que psiquiatras y psicoterapeutas trabajen en conjunto cuando es necesario. Uno no puede prescindir del otro; ni el terapeuta querer solucionar lo fisiológico a través de técnicas subjetivas, ni el psiquiatra querer medicar todo el tiempo para aliviar lo que aqueja al paciente. A veces las personas están tan tristes que acuden al médico para que les de una pastilla que les ayude a no sentir esa tristeza; la psicoterapia ayudará a las personas a enfrentar sus tristezas, a entender que, aunque es un sentimiento desagradable, está ahí por un motivo importante, que deberá acontecer y pasar con el tiempo, así, el paciente no huye de sus emociones, las vive y las enfrenta.
Psiquiatría y psicología están altamente enfocadas al funcionamiento mental y ambas estudian todo el tiempo las maneras de mejorar y entender cómo actúa, piensa y enferma la mente humana. Ambas han conseguido avances importantísimos y se han humanizado con el tiempo, proponiendo tratamientos mucho más cálidos, atentos y aterrizados en el ámbito de la comprensión y la empatía.
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