"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta."
Sam Keen
¿Por qué no llega el príncipe azul? ¿Por qué me va mal en el amor? ¿Por que sigo soltero(a)? Son preguntas que las personas se hacen constantemente. Mujeres y hombres, al parecer, pasan gran parte de su vida buscando al ser "perfecto" con el que puedan hacer una pareja ideal, de esas de película romántica. Y no es equivocado querer hacer pareja, pues es uno de los acontecemientos básicos de la vida humana, lo que parece algo extraño es que se pretende siempre hacer pareja con un ser idealizado y perfecto que supone, la mayoría de las veces, un asunto imposible. El ser idealizado se aleja de la realidad de tal forma que, si lo analizamos, podemos darnos cuenta de que bajo tantos requisitos, detalles y exigencias el sujeto, de hecho, no desea hacer pareja.
¿Pero por qué las personas no desean hacer pareja? La respuesta es personal, pues cada individuo acciona debido a situaciones mentales diversas. Pero podemos aproximarnos a una de las causas más fuertes que formulan la imposibilidad de hacer pareja debido a la creación mental de un ser inexistente; hacer pareja significa construir una vida propia, una familia, algo fuera del núcleo primario. Hacer esto significa separarse y separarse duele, es tarea compleja y, regularmente, preferimos no llevar a cabo dicho menester.
Sigmund Freud decía que separarse del núcleo familiar es una de las labores mentales más complicadas y dolorosas en el psiquismo humano, y no se quivocaba en nada. Las personas prefieren negarse a una pareja más real y auténtica pues, en el fondo, son incapaces de construir lo propio, tal y como papá y mamá lo hicieron tiempo atrás. En este mecanismo se ponen en acción varios conflictos insconscientes que se pueden descubrir y analizar en la terapia analítica.
"No le gustan los animales. Demasiado adulto. Demasiado infantil. Es muy alta. Es muy delgada. Casi no habla. Habla demasiado. Tiene perros. Vive en una zona lejana. No tiene auto. No tiene trabajo. Trabaja demasiado. Es inmaduro. Está muy apegado a su familia. Etc." Son algunas de las ideas de las personas que inundan de requisitos, algunos exagerados, cualquier candidato a pareja, rechazándole al final y continuando en una búsqueda interminable. Y no parece incorrecto crearse expectativas sobre alguien, pero con el tiempo dichas expectativas son superadas por los atributos verdaderos del otro y la "idealización" se cambia por algo mucho mejor, más real y más sano: la admiración. También habrá quienes continúen en el dicho de haber encontrado al ser ideal y perfecto, y tampoco es ilícito pensarlo, pues seguramente está hablando el amor y la admiración por ese alguien; no se trata de pensar si la pareja es perfecta o imperfecta, sino de usar aquello como pretexto para hacer justo lo contrario: no hacer pareja.
Entender los motivos que nos atan y nos llevan a "fracasar" en nuestros intentos de enamorarnos de alguien es la mejor manera de modificar y avanzar a una posición mucho más realista y madura. Ello puede conseguirse en un análisis personal a través de la terapia psicoanalítica.
No lo pienses más y agenda con alguno de nuestros terapeutas en cualquiera de las zonas disponibles en la Ciudad de México.
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Tel: 50250826 / 12090830
"The tempest"
(Christian Schloe)
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