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Por: Psic. Manuel Landeros
Sigmund Freud pensaba que los sueños son creaciones que representan deseos inconscientes reprimidos que buscan su satisfacción. En algún punto de su teoría dividió los sueños en varios tipos según su matiz; habló sobre los sueños de angustia y los sueños punitivos. Ambos tipos de sueños están elaborados por la mente como algo no ten grato para la consciencia; uno obliga al despertar para que el deseo prohibido inconsciente no se lleve a cabo y el otro castiga a una parte de la mente por una acción consciente o inconsciente que no debió llevarse a cabo.
Con el paso del tiempo la teoría de los sueños fue enriqueciéndose con los postulados de psicoanalistas postfreudianos; entre ellos la psicoanalista vienesa Melanie Klein. Para ella las pesadillas se explican desde la agresión que existe dentro de cada individuo. Los sueños persecutorios son considerados pesadillas pues se vive una angustia que nace a partir de personajes terribles llenos de la agresión existentes dentro de la mente de cada individuo que aparecen para hacer daño, destruir o tomar venganza. Lo persecutorio no es más que una manifestación de los impulsos hostiles de cada individuo.
Las pesadillas son elaboraciones de la mente que buscan dar lugar a un deseo o a una defensa. Están producidas por restos de la vida diurna que se ensamblan como imágenes en un collage. Quizá por este motivo es que de pronto soñamos con el asesino de alguna película que vimos recientemente, dentro de la casa de una amiga que visitamos este año, en una ciudad que no es nuestra ciudad pero que tenemos la sensación de que sí lo es. Este trabajo de formación del sueño requiere un esfuerzo de la mente por ensamblar las piezas que desembocaran en imágenes y sensaciones aterradoras que persiguen un fin; quizás el de poder tolerar la exigencias inconscientes y las de la realidad externa.
Los sueños tienen un significado encubierto por una censura que funge como la condición para que se lleve a cabo; es por este motivo que al analizar su significado podamos encontrar que, al final, son partes propias que representan cosas distintas y que tienen un fin de cumplimento, descarga y elaboración. El asesino podrían ser nuestras partes hostiles y persecutorias, la casa de la amiga puede ser nuestra mente que contienen partes tanto bondadosas como hostiles, etc. Descifrar un sueño, al final, es trabajo del soñante mismo. No sólo le temas a tus pesadillas, intenta también entenderlas.
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